evangelio y religión - Castillo

El hecho es que, como dice Comblin, las cosas han llegado a ponerse de manera que Jesús es más “objeto de culto” que “modelo de seguimiento”. Pero de sobra sabemos que el culto no cambia la vida de la gente, sino que más bien la tranquiliza. Sólo el seguimiento - que es lo que Jesús les pidió a los discípulos - sería capaz de movilizar a la gente para reorganizar una Iglesia más de acuerdo con el evangelio, aunque eso tuviera el enorme coste del enfrentamiento con tantos elementos anticristianos que han marcado la cultura en que vivimos.
Para terminar, una observación. El seguimiento de Jesús no es posible si no se vive una espiritualidad muy honda, una fe fuerte en el Padre del Cielo, como lo vivió el propio Jesús. En definitiva, se trata de comprender y asumir que seguramente nos sobran ritos y ceremonias; y nos falta la necesaria mística para seguir a Jesús.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre la eutanasia

Un infierno "distinto"