"La Iglesia debe estar cerca de los jóvenes"

Enrique Dussel:

Adital

Si la Iglesia tuviera los grandes profetas, tendría en las legiones de jóvenes "Indignados" que hoy se manifiestan en contra de la pobreza en diversas partes del mundo, la ocasión exacta para expandirse y no estar como parece estar actualmente, sin entender lo que está pasando y sin nada qué decir, advirtió Enrique Dussel.

Al dictar la Conferencia Magistral "Caminar teológico-pastoral de la Iglesia en América Latina",
dijo que el de "los Indignados" es un movimiento de juventud promisorio, interesante e importante.

"Son los pobres, los que llamamos los ninis: ni trabajan ni estudian. Y ¿qué les pasa? Tienen que ir a trabajar en la droga, donde los matan. Pero ¿qué van a hacer?, si de algo tienen que vivir", criticó. Entonces, explicó Dussel: "Hay grandes masas, multitudes de pobres que están esperando todavía aquello de Jesús. "He sido consagrado para dar una buena nueva a los pobres".

Adelantó que en breve publicará un libro, que llevará por título "Carta a los Indignados": "Para que lo lean en los ratos que están en la plaza y puedan hacer más de lo que hacen". Lo mismo tendría que hacer la Iglesia, dijo, "Publicar un trabajo reflexión para esos jóvenes que empezaron en El Cairo, siguieron en Madrid, están en Tel Aviv, en Grecia y ahora mismo en el Wall Street".

Señaló que la exigencia de los cristianos de hoy es la misma que descubrió en los años 60' la Teología de la Liberación: "Esa reflexión teórica y científica, a la altura de los tiempos, pero al mismo tiempo pastoral concreta y que todo el mundo entiende y que si no existiera, habría que inventarla".

En el contexto actual, agregó, el Papa Ratzinger está espantado ante el mundo, sin saber qué pasa y sin dar ninguna palabra de claridad en época de guerra en Israel, con crisis económica en Grecia, con un capital financiero que mata a todos y con los Indignados llenando las plazas.

"Y Roma no dice nada, están despistados, no saben lo que pasa en el mundo", insistió Dussel.

La Teología de la Liberación que se practicó en los años 60' no es la que se precisa para hoy: "Requerimos una generación de teólogos, con nuevas fundamentos epistemológicos, que nutra la formación de las y los religiosos, los sacerdotes, pastores y hermanas, que dé una visión más crítica, realista, optimista de la fe cristiana".

En lo que llamó, no una conferencia, sino un testimonio de una parte de su vida, Dussel recordó cuando participó en el Instituto Pastoral Latinoamericano (IPLA), fundado por Monseñor Leonidas Proaño, con Gustavo Gutiérrez, Juan Luis Segundo y Segundo Galilea, entre otros, y con quienes formó a unos mil 500 teólogos "que empezaron a ver la realidad completamente con otros ojos".

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