TEOLOGÍA SIN CENSURA
TEOLOGÍA SIN CENSURA: "Por todo esto, resulta evidente que, para comprender la fe cristiana, tenemos que empezar por la fe de Jesús y la fe en Jesús. La fe, que es 'confianza', 'fidelidad', que no se queda en meras 'creencias' intelectuales, sino que es la entrega a Jesús, que produce en nosotros las 'convicciones' más profundas y determinantes de nuestra vida. Una convicción se define por el hecho de que orientamos nuestro comportamiento conforme a ella. El que está convencido de que tiene que hacer una cosa, la hace. Y si no la hace, es que no existe la convicción. Creer en Jesús, creer en el Evangelio, es estar convencido de que tenemos que vivir como vivió Jesús: Es decir, tenemos que vivir los valores que enseñó Jesús. Y rechazar lo que sabemos rechazó Jesús.
Hay gentes alejadas de la Iglesia, que, sin embargo, se acercan a lo que vivió Jesús. Y se acercan a los ideales del Evangelio bastante más que no pocos 'hombres de Iglesia', que aceptan títulos, honores, dinero.... Por supuesto, los hay también que son ejemplares y heroicos. Pero, ¿se comprende ahora por qué, en la entrada anterior de este blog, he hablado de la fe de los 'ateos' y del ateísmo de los 'creyentes'? Si releen esa entrada, verán que yo me refería solamente a determinados casos, que aparecen en los evangelios (el centurión la mujer siro-fenicia, el samaritano, los publicanos y las prostitutas). Como me refería solamente a los sumos sacerdotes y senadores del Templo de Jerusalén. Pero ya ven: tenemos motivos y argumentos muy serios para pensar que el problema de la fe es mucho más hondo y más serio de lo que algunos se imaginan.
Mi conclusión, por hoy, es clara: la fe cristiana empieza por la fe-confianza, que es entrega y fidelidad a Jesús, a la vida que llevó Jesús, a los ideales y valores que inspiraron aquella vida.
- Enviado mediante la barra Google"
Hay gentes alejadas de la Iglesia, que, sin embargo, se acercan a lo que vivió Jesús. Y se acercan a los ideales del Evangelio bastante más que no pocos 'hombres de Iglesia', que aceptan títulos, honores, dinero.... Por supuesto, los hay también que son ejemplares y heroicos. Pero, ¿se comprende ahora por qué, en la entrada anterior de este blog, he hablado de la fe de los 'ateos' y del ateísmo de los 'creyentes'? Si releen esa entrada, verán que yo me refería solamente a determinados casos, que aparecen en los evangelios (el centurión la mujer siro-fenicia, el samaritano, los publicanos y las prostitutas). Como me refería solamente a los sumos sacerdotes y senadores del Templo de Jerusalén. Pero ya ven: tenemos motivos y argumentos muy serios para pensar que el problema de la fe es mucho más hondo y más serio de lo que algunos se imaginan.
Mi conclusión, por hoy, es clara: la fe cristiana empieza por la fe-confianza, que es entrega y fidelidad a Jesús, a la vida que llevó Jesús, a los ideales y valores que inspiraron aquella vida.
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