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Mostrando entradas de julio, 2011
¿Y si nos quedamos sin sacerdotes? (J. M. Castillo) La escasez de vocaciones es un hecho tan notable, que hasta los políticos alemanes han pedido a los Obispos que ordenen como curas a hombres casados. Pero los obispos alemanes ya han dicho que no. Sea lo que sea, ha llegado el momento de preguntarse: ¿y si un día nos quedemos sin sacerdotes? ¿Sería el derrumbe de la Iglesia? El cristianismo tiene su origen en Jesús. Y Jesús no fue sacerdote. Fue un laico, que vivió y enseñó como laico. Reunió un grupo de discípulos, compuesto por hombres y mujeres que iban con él de pueblo en pueblo. Es cierto que La carta a los Hebreos de la Biblia, dice que Cristo fue sacerdote. Pero lo dice en el sentido laical de la palabra. De hecho, este escrito es el más laico de todo el Nuevo Testamento. Porque el sacerdocio de Cristo no fue "ritual", sino "existencial". Lo que Cristo ofreció no fue un rito en un templo, sino su existencia entera, en el trabajo, viviendo
VATICANO II: CINCUENTA AÑOS DESPUÉS[1] + por José Comblin 1. Antes del Concilio La mayoría de los obispos que llegaron al Concilio Vaticano II no entendían por qué y para qué habían sido convocados. No tenían proyectos Pensaban como los funcionarios de la Curia que el Papa solo podía decidirlo todo y no era necesario convocar un Concilio. Pero había una minoría muy consciente de los problemas en el pueblo católico sobre todo en los países intelectualmente y pastoralmente más desarrollados. Allá habían vivido episodios dramáticos de la oposición entre las preocupaciones de los sacerdotes más metidos en el mundo contemporáneo y la administración vaticana. Sabían lo que habían sufrido en el pontificado de Pio XII que se oponía a todas las reformas tan esperadas por muchos. Todos los que buscaban una inserción de la Iglesia en el mundo contemporáneo, formado por el desarrollo de las ciencias, de la tecnología y de la nueva economía así como por el espíritu democrático
Enrique Martínez Lozano Cuando el tesoro nos encuentra
Escuchar la voz de los tiempos Diario La Mañana (Neuquén Capital, Neuquén) – Sección Regionales – Por Isidro Belver, escritor e historiador. Fue sacerdote en el Alto Valle de Neuquén entre 1971-1981 - 03.07 Uno es hijo de un tiempo ya pasado y perimido en el que “tener vocación”, “querer ser cura” y llegar a “ser cura” y “fiel a tu vocación” eran sólo cosa de proponérselo y cumplirlo. Llegar a cura, salvo problemas familiares, sentimentales, de estudios, médicos o psicológicos detectados, era la culminación de un proceso lógico que muy simplificado abarcaba: nacimiento de la vocación; proceso de estudio y afirmación (grupo religioso de contención y estímulo en el seminario), y lanzamiento al mundo (colegios, parroquias, misiones, grupos). Desde aquí se iba “haciendo carrera”, acumulando experiencias y vivencias que con mayores o menores logros de acuerdo a la contención clerical, eclesial, comunitaria o aspiraciones personales, culminaban con la satisfacción de “celebrar”

pequeños o sabios?

Los predicadores seguimos imponiendo pesadas fardos sobre las espaldas de los fieles. Nuestro anuncio no es liberador . Seguimos confiando más en los conocimientos teológicos, en el cumplimiento de unas normas morales y en la práctica de unos ritos, que en la sencillez de sabernos en Dios. Seguimos proponiendo como meta, la “Ley” de Dios, no la Vida de Dios   La crisis de la Iglesia no es una crisis doctrinal. Es una crisis de vivencia. Por eso nunca se podrá superar por medio de más documentos que tratan de zanjar cuestiones discutidas. Lo que hay que enseñar a los hombres es a vivir una experiencia del Dios de Jesús. Sólo ahí encontraremos la liberación de toda opresión. Sólo teniendo la misma vivencia de Jesús, descubriremos la libertad necesaria para ser n

La participación de la mujer en la Iglesia, exige un nuevo modelo de Iglesia

Creo que el problema de la participación de la mujer en la Iglesia sòlo se entiende dentro de una definición eclesiológica global. Cuando Jesús entró en el templo lo definiò como "cueva de bandidos". El pueblo judío es en gran parte de una religión del templo, y en este tipo de religión la participación de la mujer es impensable. El ministerio "sacerdotal" es algo propio de la religión judìa. La Iglesia cristiana no està en èsta tradición del templo, ni los hombres ni las mujeres. Debemos realizar una "des-sacerdotalización" de la Iglesia, es decir, no pensarla Iglesia en tèrminos de Templo y Sacerdotes. En la tradición cristiana de Jesús hay "presbíteros", que no es un ministerio sacerdotal, sino de hombres y mujeres encargados de la fe de la comunidad. Si hablamos en la Iglesia de "sacerdotes", ni la mujer ni tampoco el hombre deberían ser ordenados como sacerdotes. Jesús siguió màs bien la tradición de la sinagoga judía,